LA ALIMENTACIÓN CON DIETAS CRUDAS Y SU RIESGO

La carne cruda puede tener algunas bacterias o parásitos que, a su vez, se pueden transmitir a las personas que conviven con el animal, y es un factor de riesgo en la resistencia a los antibióticos en perros para contraer E. coli. La bacteria E. coli se encuentra en los intestinos de personas y animales con bastante normalidad y puede transmitirse entre ellos, generalmente a través de una mala higiene doméstica, por ejemplo, después de usar el baño o manipular alimentos contaminados con materia fecal, incluida carne cruda. Cuando los perros excretan bacterias resistentes en el medio ambiente y en el hogar, existe la posibilidad de que estas bacterias se transmitan a sus dueños y a otras personas.
8 de octubre de 2024 por
LA ALIMENTACIÓN CON DIETAS CRUDAS Y SU RIESGO
Comunicación
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Una revisión veterinaria de la literatura científica refleja que esta práctica, cada vez más popular entre los tutores de mascotas, aumenta la exposición de los animales a bacterias resistentes y supone una amenaza para la salud pública.

La alimentación con dietas crudas es un factor de riesgo en el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos en perros. Según una revisión veterinaria sistemática de la literatura científica, esta práctica, cada vez más popular entre los propietarios de perros y gatos, aumenta la exposición de los animales a bacterias resistentes como enterobacterales, lo que supone una amenaza tanto para la salud animal como para la salud pública. Los veterinarios ya han avisado en reiteradas ocasiones que se están haciendo muy populares y han advertido que son complicadas de manejar sin supervisión de un profesional.

Además del uso de antimicrobianos, la dieta cruda se destacó en varios estudios como un factor clave que contribuye a la aparición de bacterias resistentes en los perros. Los expertos señalan la necesidad de educar a los cuidadores sobre los riesgos asociados a esta alimentación, a fin de reducir la carga de bacterias resistentes y fomentar prácticas alimenticias más seguras para las mascotas.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) en bacterias es una creciente preocupación global, no solo en humanos, sino también en animales. En el caso de los perros, identificar los factores de riesgo asociados a la presencia de bacterias resistentes, como enterobacterales, es fundamental para desarrollar medidas de control eficaces. 

Factores de riesgo

Entre los factores más investigados en los estudios revisados, destacan el uso de antimicrobianos en 28 de los 40 estudios, seguido por la dieta cruda y la hospitalización. El uso de antimicrobianos, particularmente los de importancia crítica, como las fluoroquinolonas, fue el factor de riesgo más asociado con la presencia de enterobacterales resistentes en perros. Este hallazgo resalta la importancia de aplicar un uso responsable de los antibióticos en la medicina veterinaria para reducir la proliferación de bacterias resistentes.

La alimentación con dietas crudas fue señalada como un riesgo significativo en 9 de los 14 estudios que lo investigaron. Los expertos advierten que esta práctica puede aumentar la exposición de los perros a bacterias resistentes, por lo que recomiendan educar a los dueños de mascotas sobre los peligros de esta dieta.

Hospitalización y otros factores

La hospitalización se identificó como un factor relevante en 8 de los 19 estudios que lo investigaron, destacando la necesidad de reforzar las medidas de control y prevención de infecciones en clínicas veterinarias. Otros factores como la edad, el sexo o la raza del perro también fueron investigados, pero los resultados son inconsistentes, lo que indica la necesidad de estudios más robustos.

Veterinaria y salud pública

Esta revisión ofrece información valiosa para veterinarios, autoridades de salud pública y la comunidad científica, subrayando la urgencia de implementar medidas de mayor control en el uso de antibióticos y educar a los cuidadores sobre las dietas adecuadas para sus mascotas. Asimismo, se destaca la importancia de mantener altos estándares en el diseño y revisión de los estudios futuros para abordar los vacíos existentes en la investigación.

El estudio refuerza la importancia de una buena gestión de los antimicrobianos en la medicina veterinaria y la necesidad de seguir investigando otros posibles factores de riesgo. La lucha contra la resistencia a los antibióticos requiere esfuerzos conjuntos entre veterinarios, tutores de mascotas y autoridades sanitarias.

26/abril / 2024 ( ICOVV )

Alerta contra la "moda" de las dietas de carne cruda desde el Colegio de Veterinarios de Valencia.

Los veterinarios confirman que se están haciendo muy populares entre los propietarios de perros y gatos, y advierten que son complicadas de manejar sin supervisión de un profesional.

Frente a los piensos y la comida húmeda, en los que las marcas distinguen entre la especie tamaño, edad y estado fisiológico y patológico del animal de compañía, se está abriendo paso una alternativa basada en alimentos crudos. Son las llamadas dietas BARF (acrónimo del inglés Biologically Appopiate Raw Food, es decir, Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada) en las que se combinan huesos, carne, vísceras, órganos, huevos, leche en proporción mayoritaria con frutas, legumbres y vegetales igualmente crudas. Todas estas dietas se difunden a través de mensajes publicitarios o recursos de marketing, en internet y redes sociales, como la cura a diversas patologías, como la opción “más natural y saludable” por ser la manera en la que se alimentaban los ancestros de nuestros actuales animales de compañía, los lobos y gatos salvajes.

A este respecto, la secretaria del Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) y responsable de la Comisión de Clínicos de esta entidad, María Vitoria, señala que “en la actualidad carecemos de evidencias científicas que avalen que estas dietas sean más adecuadas que las comerciales. Lo que sí disponemos es de numerosos estudios que han acreditado los riesgos que las dietas BARF representan tanto para los animales como para las personas”. Entre ellos, se han documentado los siguientes: peligro de contaminación bacteriana; si incluyen huesos, es más fácil ocasionar daño oral o intestinal secundario, provocar obstrucciones, fracturas dentales y/o estreñimiento y si no se calcula adecuadamente el aporte de proteínas, vitaminas y minerales de cada toma, puede degenerar en deficiencias nutricionales.

Por todo ello, el ICOVV alerta contra esta “moda”, que está contribuyendo en los últimos meses a disparar los casos de perros o gatos infectados por determinadas bacterias o parásitos presentes en las carnes crudas que, además de requerir muchas veces de su ingreso hospitalario, pueden llegar a transmitirse a las personas con las que conviven, especialmente a niños, ancianos e inmunodeprimidos.

Un problema de salud pública

Recientemente, un estudio de la Universidad de Bristol (Inglaterra) en el que participaron médicos y veterinarios confirmó que las dietas BARF podrían convertirse incluso en un problema de salud pública. La investigación, que involucró a 600 perros, pretendía indagar por qué se registraba un alto recuento de Escherichia coli en las heces de estos animales. Los resultados revelaron una conexión entre los perros alimentados con carne cruda y la excreción de esta bacteria, concretamente de una cepa resistente a la ciprofloxacina, un antibiótico de amplio espectro. Esto implicaría que una bacteria como esta, presente en el intestino delgado de humanos, perros y otros mamíferos pero peligrosa y difícil de eliminar si su concentración es alta, podrían estar trasladándose entre seres humanos, animales de granja y perros a través de la alimentación con carne cruda.

De manera preocupante, el estudio comprobó que la cepa presente en perros rurales coincidía con la encontrada en el ganado bovino y que los perros de áreas urbanas mostraron mayor probabilidad de compartir bacterias con los humanos. Esta situación sugeriría pues una red más compleja de vías de infección.

Por otra parte, las facultades de Veterinaria de la Universidad de Utrecht (Holanda) y de Uppsala (Suecia) han estudiado en los últimos años este tipo de dietas y confirmado que existe un riesgo asociado entre ciertos patógenos zoonóticos presentes en la carne cruda y su transmisión tanto a otros animales de compañía como a los seres humanos. Además de la propia E. coli, tales investigaciones se refieren a otra bacteria también muy común, la Salmonella spp, así como al parásito Toxoplasma Gondii, que producen enfermedades que afectan a perros o gatos, que se pueden transmitir a personas y frente a las cuales los antibióticos conocidos suelen tener también una respuesta limitada o incluso nula. Existen escuelas, como la del Colegio Americano de Nutrición Veterinaria, cuyos estudios ratifican que los animales domésticos han evolucionado en su digestión y en su metabolismo, al igual que la especie humana, por lo que este tipo de dieta no sería adecuada.

La Comisión de Clínicos de Pequeños Animales del ICOVV ha mostrado su preocupación porque, pese a la gran cantidad de casos atendidos con patologías asociadas a estas dietas BARF, gracias a la información difundida a través de redes sociales, son muchas las familias que siguen interesándose por ellas o que, en el mejor de los casos, acuden al veterinario y preguntan. Por tales razones, esta comisión prepara una jornada específica para formar a sus colegiados a este respecto.

En última instancia, en caso de apostar por estas dietas, desde el ICOVV se insiste en que es más fundamental si cabe la supervisión y el estricto control veterinario para evitar daños o déficits nutricionales. Junto a ello, en tales circunstancias la entidad recomienda ser muy estricto en el manejo y conservación del alimento crudo con el fin de evitar así contaminaciones cruzadas con la comida de las personas que conviven con el animal.


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