ENTRENAMIENTO BÁSICO PARA GATOS

Por Alfredo Molina. Veterinario
15 de octubre de 2024 por
ENTRENAMIENTO BÁSICO PARA GATOS
Comunicación
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CONSEJOS PRÁCTICOS PARA ENSEÑARLES COMPORTAMIENTOS.

Muchas personas piensan que los gatos son animales difíciles de entrenar debido a su naturaleza independiente, pero la realidad es que, con paciencia y las técnicas adecuadas, es posible enseñarles una variedad de comportamientos. De hecho, recomiendo con insistencia que te tomes el tiempo necesario los primeros meses de su llegada a casa para entrenarlo y educarlo al menos en lo más básico. De esta forma, vuestra convivencia será más agradable.

El entrenamiento de un gato no solo ayuda a mejorar la convivencia, sino que también estimula mentalmente al animal, refuerza el vínculo con su dueño y reduce el gran problema de la obesidad en gatos caseros. En este artículo, te proporciono consejos prácticos para enseñar comportamientos básicos a tu gato, desde el uso del arenero y rascadores, hasta cómo sentarse o venir cuando se le llama. Además, te explico el uso del refuerzo positivo en el entrenamiento y cómo manejar problemas de comportamiento comunes.

Comportamientos que le puedes enseñar

A diferencia de los perros, los gatos suelen ser más autónomos, pero eso no significa que no puedan aprender ciertos comportamientos que mejoren la convivencia en el hogar. De hecho, cada vez es más frecuente encontrarse con gatos que tienen un comportamiento más cercano parecido al de los perros. Algunos de los comportamientos básicos que puedes enseñar a tu gato incluyen el uso adecuado del arenero (aunque suelen tenerlo claro desde el segundo mes de vida), el rascado en lugares designados, sentarse, acudir cuando lo llamas y utilizar transportines o cajas sin estrés.

Enseñar a un gato a usar el arenero es uno de los primeros comportamientos que debe aprender. Aunque la mayoría de los gatos tienen una inclinación natural para usarlo, en algunos casos, puede ser necesario guiar al gato hacia el lugar correcto.

Asimismo, es esencial enseñarles a usar rascadores para evitar daños en los muebles y otros objetos del hogar. Otros comportamientos, como sentarse o venir cuando se les llama, pueden parecer más avanzados, pero con la técnica adecuada, muchos gatos pueden aprenderlos.

Uso del arenero y rascadores

El uso del arenero es uno de los aspectos más fundamentales en el entrenamiento de un gato. Para facilitar el aprendizaje, es importante colocar el arenero en un lugar tranquilo y accesible. Es muy importante que no esté en una zona cercana a la calle porque los ruidos fuertes pueden hacer que no quiera acercarse.

Si tu gato es un cachorro, guíalo hacia el arenero después de comer o despertarse, ya que es más probable que necesite usarlo en esos momentos. Asegúrate de mantener el arenero limpio, ya que los gatos son muy sensibles a los olores fuertes y podrían evitar un arenero sucio.

En cuanto a los rascadores, es importante que estos estén ubicados en lugares estratégicos donde el gato suele rascar, como cerca de sus zonas de descanso o en las áreas donde tiende a rascar muebles. Anima a tu gato a usar el rascador recompensándolo con caricias o golosinas cuando lo haga. Si tu gato ya ha empezado a rascar en lugares inapropiados, puedes intentar redirigir su atención al rascador utilizando juguetes o un poco de hierba gatera, o bien colocando el rascador justo en esa zona y poco a poco llevarlo hacia donde prefieras. En este caso, la paciencia es imprescindible.

Sentarse, venir cuando se llama, etc...

Entrenar a un gato para que se siente o venga cuando lo llamas puede parecer una tarea difícil, pero con la paciencia y las técnicas adecuadas, es posible. Para enseñar a tu gato a sentarse, utiliza una golosina como recompensa. Mantén la golosina cerca de su nariz y muévela lentamente hacia arriba y hacia atrás. El gato, siguiendo la golosina, probablemente se sentará de forma natural. Cuando lo haga, recompensa su comportamiento inmediatamente con la golosina y elogios.

Para que tu gato venga cuando lo llamas, utiliza su nombre seguido de un sonido consistente, como un silbido o un chasquido. Recompensa a tu gato cada vez que responda y se acerque a ti con caricias y/o sus chuches preferidas. Con el tiempo, comenzará a asociar el sonido con algo positivo y vendrá cuando lo llames.

Este entrenamiento puede que no parezca tan importante como el del arenero o el rascador, pero es una forma muy útil de estrechar lazos con tu gato y de fomentar una buena y más íntima relación entre los dos.

Métodos de refuerzo positivo

El refuerzo positivo es una de las técnicas más efectivas para entrenar a un gato. Consiste en recompensar al gato inmediatamente después de que exhibe el comportamiento deseado. Las recompensas pueden ser golosinas, caricias, o elogios verbales, dependiendo de lo que motive más a tu gato. Esta distinción es importante porque lo que le resulta atractivo o positivo a un gato, puede que no lo sea tanto para otro. Es importante ser consistente y paciente, ya que el entrenamiento de un gato puede llevar tiempo.

En el entrenamiento o educación de las mascotas está totalmente desaconsejado el uso de castigos, ya que pueden generar miedo o desconfianza en el gato, lo que dificultaría aún más el entrenamiento y empeoraría vuestra relación. En lugar de castigar comportamientos no deseados, redirige la atención de tu gato hacia comportamientos positivos que puedas recompensar.

Cómo lidiar con problemas de comportamiento comunes

A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, los gatos pueden exhibir comportamientos no deseados, como el rascado inapropiado, maullidos excesivos o incluso la agresividad. Afortunadamente, con las técnicas adecuadas, muchos de estos problemas pueden manejarse o incluso eliminarse.

Para el rascado inapropiado, asegúrate de proporcionar varios rascadores de distintas texturas y formas. Además, puede ser útil emplear herramientas de disuasión, como cintas adhesivas de doble cara en los lugares que tu gato suele rascar.

Si el problema son los maullidos excesivos, es importante identificar la causa. Algunos gatos maúllan por hambre, aburrimiento o estrés. Asegúrate de que tu gato esté bien alimentado, tenga suficiente estimulación mental y reciba atención regular.

En casos de agresividad, los más importante es identificar la causa. A veces, puede estar relacionado incluso con enfermedades o dolor. En estos casos puede ser útil consultar con un veterinario o un especialista en comportamiento animal para identificar la causa subyacente. En muchos casos, la agresividad  puede estar relacionada con el estrés o la falta de socialización adecuada.

Conclusión

Cada día aumenta la presencia de los gatos en las casas. Aunque no son perros ni tienen el mismo comportamiento que estos, también es recomendable que los tengamos bien educados y que sean sociables.

El entrenamiento básico para gatos es una tarea que requiere tiempo, paciencia y consistencia, pero los beneficios son enormes tanto para el gato como para el dueño. Al enseñar comportamientos como el uso del arenero, el rascado en lugares apropiados y responder a órdenes básicas, no solo mejoras la  convivencia en el hogar, sino que también fortaleces el vínculo con tu mascota. Utilizando métodos de refuerzo positivo y abordando problemas de comportamiento de manera efectiva, puedes ayudar a tu gato a convertirse en un compañero más feliz y equilibrado.

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